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viernes, 29 de enero de 2016

LOS SIETE PLANOS DE LA EXISTENCIA

Generalmente se designa numéricamente a los diferentes planos de manifestación, pero la numeración no va de arriba a abajo, en el orden en que se produjo su manifestación y en el que, para mayor claridad, los hemos presentado al lector, sino que va de abajo a arriba en el orden en que van siendo perceptibles al ocultista que va desarrollando la clarividencia. Y como esta nomenclatura ha sido ya establecida por la costumbre, la seguiremos empleando aquí, para no confundir a los que ya están familiarizados con la materia.
El Séptimo Plano, conocido también con el nombre de espiritual superior, el plano del espíritu puro o el plano del espíritu abstracto, es la primera fase de la manifestación. Extrae su substancia y energía directamente del Gran Inmanifestado, el que para seguir usando el método pictórico, único mediante el cual puede enseñarse la ciencia esotérica, puede concebirse como si se encontrara inmediatamente por encima del Séptimo Plano como si fuera un depósito de fuente infinita potencial, la que, al dinamizarse, se convierte en el Séptimo Plano de Manifestación. En este plano no hay diferenciación ninguna y es el plano en el que “Todo es Uno y Uno es Todo”. No tiene más que dos características: la primera, es una armonía absoluta y, la segunda, una tendencia a combinar sus partículas entre sí. Al principio de una evolución, emana o brota a la manifestación en este plano la esencia monádica, en el que podemos concebir como flotantes los innumerables núcleos de vida, las mónadas, que eventualmente se convertirán en vidas humanas individualizadas.
El Sexto Plano, espiritual inferior o plano del espíritu concreto es el que en el curso de las edades de tiempo cósmico, aparece como resultado de la gradual organización de la esencia monádica para alcanzar esta fase del Sexto Plano. Y aquí nos encontramos con que surgen siete tendencias distintas, siete flujos o corrientes, a las que se denominan los siete rayos y se distinguen por colores, sosteniéndose que las mónadas que están como flotando en cada una de esas corrientes de tendencia espiritual, evolucionarán hasta llegar a su ultérrima perfección, merced a diferentes tipos de actividad. Esta parcialidad no significa un desenvolvimiento unilateral, sino que, aunque todos los demás 17 elementos estarán presentes, uno de ellos predominará y dará la nota clave. La característica principal del Sexto Plano es la tendencia.
Quinto Plano, el mental superior o plano de la mente abstracta, es el que ve el desenvolvimiento de las cualidades de la esencia monádica y su diferenciación en tipos. Desde aquí en adelante ya no está justificado hablar de esencia monádica, porque en este plano los núcleos de vida se ponen en función y la Vida se convierte en vidas.
Cuarto Plano, el mental inferior o plano de la mente concreta, se caracteriza por limitación, que da nitidez y fijeza, lo que falta en los planos superiores. Es el plano del pensamiento concreto y se caracteriza por la memoria.
Tercer Plano, o astral superior, es el plano de las emociones y se caracteriza por su responsividad a la atracción, al deseo de unión.
Segundo Plano, o astral inferior, es el plano de los instintos y de las pasiones, el plano psíquico, y se caracteriza por el deseo de atraer o poseer.
El Primer Plano o físico, es el mundo material que conocemos como seres humanos encarnados en cuerpos de sangre y carne.

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